La vertiente este de Las Cruces, al contrario que la vertiente belmontina (corta y muy explosiva), es una subida larga y tendida. Algo más de 12kms a un suave 4% de media. Perteneciente en su totalidad al concejo de Grado, se trata de una ascensión con pendientes muy suaves exceptuando sus dos últimos kilómetros, donde nos encontraremos rampas duras que en muchos casos superan el 10% de desnivel. 


La ascensión comienza en San Pedro de los burros, donde nos desviaremos a la derecha por la carretera GR-4, en dirección a Restiello.


La subida comienza muy suave, aunque tras algo más de medio kilómetro nos encontramos con un repecho de algo más de un kilómero al 5-6%.


Durante os primeros kilómetros rodaremos a través de un tupido y bonito bosque.



En los primeros kilómetros de subida disfrutaremos de pendientes muy suaves. Apenas un falso llano.



Tras 8kms de subida se termina el asfalto nuevo y la pendiente aumenta ligeramente para situarse en torno al 5-6%.



Tras casi 10kms de ascensión nos desviaremos a la derecha en dirección a Vigaña y Las Cruces.


Tras pasar Vigaña la subida cambia radicalmente y pasa a ir a tirones, alternando rampas por encima del 10% con descansos amplios.


En la parte final de la subida hemos abandonado el bosque y las vistas del valle son espectaculares.





En el último kilómetro de la subida nos comenzamos a encontrar rampas continuas cercanas al 10%. 



Y en los últimos 500m nos encontramos una rampa continua al 12-13%. Un final explosivo para un puerto muy tendido.


A la derecha podemos ver la carretera que viene de la Cabruñana.


El pueblo de Las Cruces, en medio de un paraje espectacular, marca el final de esta agradable ascensión.





Dos grandes puertos del concejo de Somiedo. Dos sube-baja para dos subidas diametralmente opuestas. El Puerto de Somiedo es más largo y tendido, con hechuras de puerto clásico. Por su parte la subida a Valle del Lago es más corta, irregular y explosiva. 
Como punto de unión la extraordinaria belleza de amabas subidas, enclavadas en el parque natural de Somiedo. Belleza incrementada estos días por la generosa nevada que luce en sus cumbres.

El primer día decido subir al Puerto de Somiedo. Salgo de Pola de Somiedo a las 9:30 rumbo al puerto. La temperatura es muy fresca, pero por suerte no ha caído mucha helada por lo que se aguanta yendo bien abrigado.



Los tres primeros kilómetros de la subida son los más duros, con pendientes en torno al 8-9%. 
Pese a ver las nieves al fondo, en esta zona de la subida los árboles todavía mantienen algo el maravilloso color otoñal en sus hojas.






La primera mitad de la subida es muy rectilínea y las nieves se van acercando cada vez más.



Hacia la mitad de la subida llego a la cota de la nieve y el paisaje se torna espectacular.






La cámara del móvil va echando humo. Pero no puedo despistarme demasiado porque hay hielo en algunos sitios de la carretera y debo extremar la precaución.




Pese a estar alto y haber nieve, no hace demasiado frío. Sólo es molesto el fuerte viento frontal que sufro durante la mayor parte de la subida.






Corono el puerto, y tras la foto de rigor en el cartel, comienzo la bajada. La hago con mucho cuidado ya que la carretera está bastante mal.







Y sin ningún percance llego de nuevo a Pola de Somiedo. Pese a ser un simple sube-baja, la espectacularidad de los paisajes nevados han hecho de esta pequeña ruta una maravilla en la que he disfrutado como un enano.






El segundo día decido ir a Valle del Lago. La subida comienza en plena Pola de Somiedo. Rápidamente ganamos altura y dejamos a nuestros pies el valle de Somiedo.


Estos primeros kilómetros, eminentemente rectilíneos, son bastante duros. Las pendientes rondan el 8-10%.


Al igual que ocurría en el Puerto de Somiedo, el contraste entre los colores del bosque y las nieves de las cumbres, es espectacular.



En el durísimo tramo intermedio de las herraduras noto que ya no estoy en muy buena forma y tengo que apretar bastante para superarlo.


Por suerte las revueltas permiten ver la parte del valle que dejamos a la espalda y que es preciosa.



Tras un pequeño descanso hay otro kilómetro muy duro. Tras superarlo llego a la zona nevada. De aquí a la cima apenas hay pendiente y puedo disfrutar del bellísimo paisaje que tiene la parte final de la subida.













Llego a valle del Lago rodeado de un paisaje digno de la más alta montaña. Ésta sin duda es una subida de las que merece la pena hacer.