Después de los 200kms del sábado pasado y de ir a Vega Bobies este miércoles, ayer llegaba el día de acercarse al Gamoniteiro, 15kms a casi el 10% de media, para ver si las sensaciones son buenas y poder empezar a hacer rutas duras.


Salgo de Oviedo con Pablo, dirección Lena por la general, con bastante frío al principio, pero poco a poco vamos entrando en calor pese a ir con bastante calma.
Tras tomar un café en Pola, atacamos la ascensión al Gamoniteiro. Ya desde abajo vamos la cima de la Cobertoria.


Allá vamos, a sufrir, pero a posturear también, jajaja.


Una vez que pasamos Piedracea, la carretera no tiene piedad, 5,5kms al 11% de media sin un solo descanso.


La carretera es anchísima y la tentación de hacer eses es grande, pero las sensaciones son buenas.


Al paso por Armá, ya vemos la carretera que lleva al Gamoniteiro. Por esta zona voy un poco atufado, así que decido bajar un poco el ritmo, que  todavía quedan 10kms hasta la cima.


Al bajar el ritmo recupero algo y ya llego bien hasta el final de la zona dura, de allí al cruce del Gamoniteiro la pendiente nos da un pequeño respiro, con las Ubiñas y el Brañavalera al fondo.


Poco a poco vamos ganado altura y vemos el valle muy abajo, y además ya podemos divisar los Picos de Europa a lo lejos.


La subida alterna rampas duras y zonas algo más cómodas, en medio de un paisaje calizo realmente espectacular. El silencio es sobrecogedor.


Ya vemos las antenas, pero no hay que fiarse, todavía queda lo más duro.


Las sensaciones son muy buenas, así que aprovechamos para disfrutar del paisaje, que desde la mayor parte de la subida es espectacular.


A un km de la cima están las rampas más duras, que llegan al 17%, hay que apretar, las charlas de toda la subida desaparecen, pero ver la cima al lado ayuda a superarlas.


Llegamos a la cima, siempre es un placer subir aquí, y sobre todo disfrutar de las vistas de media Asturias.




Bajamos hacia Quirós y una vez allí paramos a comer. Pablo decide rehidratarse como un verdadero PRO, jajaja.


Pero las rutas nunca están acabadas hasta que se llega a casa, y lo que debía de ser un trayecto cómodo descendiendo por el valle hasta Trubia se convierte en una odisea debido al fortísimo viento de cara que nos azotaba sin piedad. Se hizo más duro el descenso del valle que la subida al Gamoniteiro, jajaja.
Tras pasar Trubia, nos quedan varios repechos hasta Oviedo, pero ahora estamos protegidos por la montaña, así que los hacemos sin mayor dificultad.
En total fueron 113kms y 2200m de desnivel. Como siempre un placer compartir pedaladas con Pablaco, yes un crack!!!
Tras no poder completar en diciembre la frikada que era el reto Vega Bobies por culpa de una lesión, ayer fue el día elegido para quitarme la espina y volver allí, además así me venía bien para probarme de cara a próximas rutas.
Salgo de casa por la tarde y me dirijo hacia Morcín para afrontar la subida a Vega Bobies. La idea es afrontar la subida con toda la calma del mundo, para no pagarlo en la brutal recta final.
Hasta el cruce de la Vara no hay grandes rampas y se sube bien, pero tras el cruce la carretera supera el 15% cada poco. Las rampas se me hacen duras, pero las voy superando y llego a La Vara, donde me desvío hacia Vega Bobies, primera rampa al 20%, que se pasa más o menos bien, y luego un km más cómodo donde intento forzar lo menos posible.
Llego a la última curva y ante mi la recta de 1,2kms al 15% de media que lleva a la cima. Los primeros 500m son muy constantes y pese a subir parado se me hacen muy duros, pero tras superarlos, hay un par de descansillos de esos al 9% tan prestosos, que permiten recuperar algo. Ya se que voy a llegar y en el último medio km me permito el lujo de apretar un poco, por fin vuelvo a tener buenas sensaciones en las subidas.


La última recta, solo de verla, duelen las piernas.


Pese a estar soleado, la bruma ocultaba en parte las tremendas vistas que hay desde Vega Bobies. Aunque el Monsacro siempre luce bonito.


Ya está quitada la espina, ahora a planear la del sabado...
Ayer fue el día elegido para probar el motor de cara a los retos del verano. 200kms y 2400m de desnivel en el horizonte, con la subida al Collado del Torno por Nueva como dificultad más importante del día.


Salgo temprano de Oviedo con David rumbo al Berrón, allí nos reuniremos con Estrada, Gilberto y Luis. La temperatura es fresca, pero el sol ya luce y nos hará calor durante el día, que ya había ganas... aunque lo acabamos pagando.
Tras juntarnos toda la grupeta, tomamos rumbo a La Campa. Las sensaciones no son buenas, así que decido tomármelo con mucha clama, que el día va a ser muy largo.
Coronamos La Campa sin mayor dificultad, con encontronazo con la Benemérita incluido.


Nos despedimos de Luis, que solo nos acompañó hasta allí y bajamos a Villaviciosa, donde cae un cafetín. Seguimos por la costa rumbo a Lastres, donde nos acercamos al mirador para hacer al foto de rigor. La playa y los Picos de Europa al fondo, en pocos sitios hay vistas así.


De Lastres a Colunga, de Colunga a Caravia, de Caravia a Ribadesella... y por el medio subidas de 2-3 kms al 3-4%, que no son gran cosa, pero una tras otra acaban haciéndose notar.
Llegamos por fin a Ribadesella y seguimos rumbo hacia Nueva. La temperatura es agradable, y la brisa, pese a ser de cara, se agradece.



Llegamos a Nueva de Llanes con 100kms ya en las piernas y nos metemos de lleno en la ascensión al Collado del Torno, que nos llevara hacia la zona de Onís.
Los 3 primeros kms son bastante duros, con demasiado eucalipto en las laderas, así que se hacen largos y el calor comienza a apretar.


Coronamos el primer collado, con homenaje andino fallido ...morriña...


Tras pasar el primer collado, llegamos a un valle interior de la sierra, donde al estar empozados el calor es sofocante.


Tras pasar el valle, tenemos otros 2kms al 8%, aunque sabiendo que la cima está al lado se llevan mejor.


Llegando a la cima, y desde ella, las vistas son espectaculares.




Pero cuando pasamos a la otra vertiente, quedamos absolutamente maravillados ante las vistas de Los Picos de Europa, distinguiéndose los tres macizos a la perfección, el Urriellu... La pena es que las fotos, con el sol de cara, no hacen justicia a lo que allí vimos.




Bajando del Torno, tenemos también varios rincones bonitos. Muy recomendable esta subida, no es muy dura, un buen 2ª por ambas vertientes, pero con un trazado y unas vistas increíbles.




Una vez en Corao, tenemos terreno cómodo hasta Cangas de Onís, donde por fin llega el avituallamiento, momento que alguno aprovecha para ver el partido. Vaya pinta de deportistas, jajaja.


Seguimos hasta Arriondas, con un calor asfixiante, y al poco nos encontramos con Pablo, que había salido a nuestro encuentro.


Quedaban 60kms por la general, sin mucho que ver. Lo mejor son las conversaciones que hacen más ameno ir por allí.
Este tramo se me hace muy duro, si antes llevaba la marcheta puesta, ahora ya directamente voy con el piñón fijo. En el llano me defiendo, pero cada vez que llega un repecho sufro mucho.
Decidimos parar en Nava a tomar algo, y refrescarnos, y me sentó genial. Las sensaciones mejoraron mucho, ya no me descuelgo en los repechos y llegué a casa mejor casi que cuando salí, jajaja.


Al final fueron 203kms, que se han hecho muy duros, sobretodo por el calor, y sin la mejor compañía posible, no habría sido posibles.
Este ciclista vino del frío, y a todos nos dejo fríos, cuando allá por el año 94 ganaba el Giro de Italia (primera derrota de Indurain en una grande desde que Mauri le ganara una vuelta a España). Efectivamente a todos nos viene a la mente la imagen del rubio corredor del equipo Gewiss Eugeni Berzin.

El Rey y el "Heredero"
Como ocurre con gran parte de los corredores rusos, sus comienzos fueron en la pista, donde pronto destacó por sus innatas cualidades que le llevaron a ganar varios campeonatos nacionales de persecución, tanto a nivel individual como por equipos, e incluso a ser campeón del mundo de la especialidad con solo 20 años.
Después llego su fenomenal año 1994 donde hace un Giro de Italia que le encumbrará en todas las quinielas habidas y por haber para las siguientes rondas de 3 semanas. Su Giro fué, como decíamos, completísimo, no solo hizo unas contrarrelojes espectaculares, sino que también sacó a relucir todo su potencial escalador. Ese mismo año gano el campeonato nacional de contrarreloj y la Lieja-Bastogne-Lieja entre otras. 


Pero llego el año 1995 y ya no era el tapado, ni tampoco un novato, y todas las quinielas le ponían como número 1 para ganar cualquier carrera.
El Giro era su primera intención, pero se le cruzó en el camino un tal Tony Rominger y a partir de ahí se acabo el brillo de esta estrella. Abandona en el Tour de ese mismo año y esa sera la tónica general de su carrera en las grandes carreras por semanas, su mejor resultado en el Tour es la posición 20 y con apariciones muy contadas, aunque esperadas por el aficionado, que no olvidaba a aquel rubiales que había doblegado a Indurain y a Pantani en la misma carrera.

De fina estampa

En 1990, Marco Giovannetti sorprendió a todo el mundo aquel año en el que todo parecía rodar bien para el  italiano, se llevó el amarillo de la Vuelta y quedó tercero en el Giro de Italia.
En adelante, cualquier tiempo pasado sería mejor para el italiano. Lo más destacable que le quedaría por ganar sería el campeonato nacional de ruta del 92. En su periplo amateur hay que destacar su medalla de oro en la Olimpiada de los Angeles en la prueba de 100km contrarreloj por equipos.


Por El Obstinado Aguador
Tras el enésimo temporal de este eterno invierno, ayer tocaba volver a salir de ruta. El obejtivo era subir a la Cobertoria desde Riosa, pasando por el Cuchu Puercu.


Salimos de David y yo de Oviedo con algo de frío rumbo a Mieres para encontrarnos con los compañeros de hoy, Gabriel y Montero.
Tras la reunión tomamos rumbo a Riosa y comenzamos a subir el Cordal, puerto tendido y sin mayor dificultad, pero que todavía se hace duro a estas alturas del año.


Las nevadas de los últimos días nos dejan paisajes increibles, con el Aramo y el Monsacro dominando el horizonte.



Ya cerca de la cima del Cordal, nos metemos de lleno en la nieve.



El pico Llosorio, el Aramo y el Monsacro nos siguen vigilando.




Tras coronar el Cordal nos hacemos la foto de grupo de rigor.


Ya suponíamos que no ibamos a poder pasar, pero de todos modos decidímos seguir por el Cuchu Puercu mientras la nieve nos lo permitiese.



El Cuchu Puercu alterna zonas más tendidas, con rampas realmente duras, en una de las carreteras más espectaculares de Asturias, y con nieve aún más.




Y a unos 2kms de la cima del Cuchu Puercu, la nieve ya ocupaba, así que tenemos que darnos la vuelta allí mismo.


Ya solo quedaba bajar a Pola de Lena y volver desde allí a Oviedo a todo trapo para evitar el frío y la lluvia que nos amenzaba.
Bonita ruta y un placer compartir pedaladas con gente nueva. Eso si, ya se echa de menos hacer una ruta con sol...