El macizo del Aramo es un mole rocosa situada en el centro de Asturias y orientada de norte a sur. Ninguna carretera atraviesa el macizo. Sólo dos llegan hasta lo alto de él y son dos verdaderos colosos: el Angliru y el Gamoniteiro.
Lo que si hay es multitud de maneras de rodearlo, pudiendo incluir subidas de todo tipo y dureza. Esta vez decidimos hacerlo por Dosango desde Argame, la Cobertoria por Cortes y Viapará, para un total de 110kms y 2600m de desnivel.
Salimos de Oviedo Carlos, Luis, Roberto y yo rumbo a Argame. Allí, tras unos kilómetros cómodos, comenzamos la subida a Dosango por los Alfilorios.
Hasta el embalse tenemos unos 4kms bastante duros, en torno al 8%. Pero con las piernas frescas y entre amenas conversaciones, pasan volando.
La primavera ya se ha instalado por estas tierras y todo luce con un verde espectacular.
Los últimos kilómetros de la subida a Dosango son muy cómodos
Llegamos a Dosango y afrontamos la bajada. Aunque hay un duro repecho intercalado ideal para posturear...o algo parecido, jaja.
El premio por subir ese duro repecho es el de disfrutar de unas vistas brutales de la Cruz de Linares. Pero también podemos ver la terrible capa de contaminación que cubre la zona central asturiana.
Bajamos pro el Tenebredo hacia Proaza y allí nos juntamos con Estrada. Por delante tenemos unos 20kms de falso llano remontando el valle hasta Quirós.
El terreno es pestoso, pero es tan bonito que los kilómetros pasan volando.
Por el camino pasamos al lado de la iglesia románica de San Pedro de Arrojo.
Paramos en Barzana a reponer fuerzas tomando un café y algo de bollería ya que un kilómetro después comenzamos la subida a la Cobertoria.
La vertiente de Cortes es la que tiene pendientes más suaves de todas las vertientes de la Cobertoria. A cambio supera los 20kms de longitud.
Los primeros kilómetros son muy suaves, apenas un falso llano. Aunque encontramos algún repecho que supera ampliamente el 10%.
Antes de llegar a Cortes tenemos dos kms muy duros, con pendientes constantes por encima del 10%.Además el calor aprieta bastante y endurece aún más la subida.
Llegamos a Cortes, a los pies de Peña Rueda, y finalizamos la primera parte de la subida. Ahora afrontaremos una vertiginosa bajada para cambiar de ladera y proseguir con la ascensión.
Tras cambiar de ladera la carretera se estrecha hasta ser de un solo carril. La pendiente se va a quedar en torno al 4-5% con alguna rampa dura intercalada.
La primera parte de la subida atraviesa un tupido bosque y es muy cerrada. Esta segunda parte, excepto alguna zona puntual, es muy abierta y nos deja vistas preciosas de las Ubiñas, Peña Rueda, Gamoniteiro, Aramo, el valle de Quiros...
Subo charlando con Roberto y los kilómetros pasan volando. Cada vez me gusta más esta subida.
Subimos a muy buen ritmo y pese a ello llego a la cima con fuerzas para meter plato al coronar y dar un poco de espectáculo, jaja.
Comenzamos a bajar la Cobertoria con alguna vaca descarriada. Al llegar al cruce del Cuchu Puercu nos desviamos y nos metemos de lleno en rampas que ronda el 15%.
Al pasar de un -15% a un 15% hay varias salidas de cadena, incluida la de un servidor, que cortan toda la inercia que se tenía de la bajada. Así que no queda otra que dar unos buenos chepazos para llegar hasta la cima de este duro kilómetro.
Bajamos por el Cuchu Puercu hacia el Cordal, La carretera está fatal y hay que bajar con muchísimo cuidado. No podemos apenas disfrutar de las guapas vistas que hay del valle de Muñón.
Llegamos a la carretera del Cordal y toca esprintar por los puntos de la montaña, jaja.
Desde el Cordal bajamos hacia Riosa. La carretera está mal, aunque no tanto como la del Cuchu Puercu.
En La Vega nos desviamos hacia Viapará. El Angliru lo dejamos para otro día, a poder ser este año. Habrá que venir un día a homenajear a la kunda del cartel...
La subida a Viapará casi siempre se desprecia. Comparada con la parte dura del Angliru se queda en una tachuela, pero sola es una subida de casi 5kms a casi el 9% de media.
El sol nos aprieta bien y subimos bastante alegres. El calentón es importante pero disfruto de la belleza de esta subida con cada pedalada. Hacia 4 años que nos subía por aquí y no recordaba lo bonita que es esta ascensión.
Coronamos Viapará y bajamos hacia Morcín, de nuevo por una carretera en un estado lamentable.
La entrada a Oviedo la hago pro el Condado y La Manjoya, que como siempre, a estas alturas de la ruta, parecen el Tourmalet y el Aubisque, jaja.
Gran ruta, pero como siempre, lo mejor es la compañía. Así da gusto dar pedales.