Tras las pájaras de las dos últimas rutas largas, de nuevo vuelvo a la carga con una ruta con menos desnivel acumulado que las anteriores (2400m), pero de mayor kilometraje (179).
El fantasma de la pájara acechará durante toda la ruta... "no vamos a llegar de día"
El fantasma de la pájara acechará durante toda la ruta... "no vamos a llegar de día"
Salimos de Pola de Lena a media mañana. La grupeta la formamos, David, Estrada, Luis, Mario y yo.
En la rotonda de entrada a Pola han puesto un cartel que indica la distancia que hay a las subidas más importantes de los concejos limítrofes.
Hasta Puente de los fierros tenemos unos 15kms de falso llano. Los hacemos con mucha calma. Perfecto porque es la premisa que me he marcado para la ruta de hoy: ir muy tranquilo y evitar la pájara... "no vamos a llegar de día"
La subida a Pajares se divide en dos partes. La primera va a tirones, alternando rampas al 10% o más con zonas muy suaves. No hay mucho tráfico y podemos subir bastante cómodos.
Llevaba cuatro años sin subir a Pajares y no lo recordaba tan bonito. Tiene unas vistas espectaculares.
A la mitad de la subida nos encontramos con un par de kilómetros muy suaves. En el pueblo de Pajares comienza la segunda parte de la subida. Aprovechamos para llenar los botellines en la fuente del pueblo.
Al fondo podemos ver la entrada del túnel del Negrón.
La segunda parte también va a tirones. Pero en este caso las rampas son más duras (hasta el 15%) y los descansos son más cortos.
El kilómetro final supera el 11% de media. Meto la corona de 36 dientes para guardar lo más posible... "no vamos a llegar de día"
Coronamos Pajares al límite del sufrimiento y del postureo, jaja.
Bajamos hacia Villamanín. Allí paramos en el Ezequiel a tomar un refresco y picar un poco de embutido. La parada la hacemos con calma y vuelve el runrun... "no vamos a llegar de día"
Nos despedimos de Luis que no puede acompañarnos más y proseguimos con la ruta. En el mismo Villamanín comienza la subida a la Collada de Cármenes.
La subida es suave y transcurre por un bonito valle.
Antes de darnos cuenta nos encontramos ya en la cima, donde hay unas vistas espectaculares de la otra vertiente.
El descenso de Cármenes es rápido y nada más finalizarlo nos desviamos hacia la Collada de Valdeteja. También es una subida muy suave. Es prácticamente un falso llano hasta sus dos últimos kilómetros que serán al 5-6% de media.
El problema es que es asfalto está en muy mal estado y es incómodo rodar por aquí.
De nuevo cruzamos otro valle precioso, que además en esta época luce un precioso verde brillante.
Tras el pinchazo de rigor de todas las rutas, en este caso de Estrada, coronamos la Collada de Valdeteja en una amplia y preciosa majada.
Descendemos por una carretera que sigue en mal estado hasta llegar a las hoces de Valdeteja. Este tramo es precioso y es una gozada rodar por aquí.
Poco después de salir de las hoces llegamos a La Vecilla. Son ya las 15:30 y decidimos parar a comer un bocadillo. Aún nos quedan 100kms para acabar la ruta... "no vamos a llegar de día"
Reanudamos la ruta y nos dirigimos hacia Boñar, donde nos deja Mario que prosigue con su ruta. David, Estrada y yo seguimos camino a Puebla de Lillo. El terreno es cómodo aunque hay algún repecho y tobogán por el camino.
Llegamos al embalse del Porma. Siempre es agradable rodar al lado de un embalse, aunque empezamos a ver acercarse una tormenta, con la duda de si nos cogerá o no.
Pues al final nos cogió... A unos 5kms de Puebla de Lillo nos empieza a gotear algo. Aumentamos el ritmo para ver si llegábamos a algún refugio y justo al llegar a Puebla de Lillo empieza a llover a mares.
Algo empapados nos metemos en un bar a tomar un refresco y esperar a que pase la tormenta. En ese momento vuelve a aparecer el mantra de la ruta..."no vamos a llegar de día", jajaja.
Al final la tormenta pasa rápido y en unos 20 minutos volvemos a la carretera.
Comenzamos a subir a San Isidro. La subida es muy suave y sólo tiene unos 3kms duros para llegar a la laguna de Isoba. Los primeros kilómetros son casi llanos y con grandes rectas.
Comenzamos a subir a San Isidro. La subida es muy suave y sólo tiene unos 3kms duros para llegar a la laguna de Isoba. Los primeros kilómetros son casi llanos y con grandes rectas.
Llegamos a los 3kms duros. Llevo muy buenas piernas pero prefiero tomarme la subida con calma y guardar fuerzas para el terreno que queda hasta Pola de Lena, que pese a ser favorable, hay que dar pedales y se puede hacer largo.
Coronamos el alto de la laguna de Isoba. De aquí a San Isidro nos quedan unos 8kms de toboganes y repechos.
Nos acercamos la cima y vemos que en ella está metida la niebla. La bajada hacia Asturias va a ser fresca.
Al final la temperatura es buena y no pasamos frío en la bajada, que luce espectacular con alguna nube clavada en la ladera.
Tras acabar la bajada tenemos muchos kilómetros de terreno favorable por el valle de Aller. bajamos a todo trapo porque David y Estrada se ponen en modo Gewiss'94. Yo sigo con mi método de ahorrar energía y no doy ni un solo relevo, jaja.
Y sin mayor novedad llegamos a Pola de Lena. Hacía mucho que no acababa una ruta de 8 horas con tan buenas sensaciones. Aunque como siempre lo mejor de la ruta fue la compañía.
Ah, y al final llegamos de día, jajaja.
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